Animales

Si tienes un perro y un gato en casa no cometas este error que pone en peligro su salud

Muchos de nosotros tenemos un perro y un gato en casa. Por tradición, estos dos animales deberían llevarse mal, pero muchas veces pasa todo lo contrario. No es raro ver a perros y gatos durmiendo y jugando juntos.

Su amistad puede ser algo hermoso, excepto que a veces, los humanos, hacemos algo muy peligroso. Por eso hay que tener cuidado, quienes tengan perros y gatos en casa no deben cometer este error que pone en peligro la salud de los felinos.

Algo que tienen en común perros y gatos es sin duda el deseo de comer. Son animales muy golosos a los que les encanta disfrutar de su comida. Sin embargo, sus sistemas digestivos y sus necesidades nutricionales son muy diferentes. De hecho, los perros pueden tolerar mayores cantidades de carbohidratos que los gatos. Los gatos también tienen un mayor requerimiento de ciertos aminoácidos y nutrientes.

Por esta razón, los alimentos para perros y gatos son en realidad muy diferentes entre sí, incluso si su apariencia a veces es similar. Por desgracia, en muchas ocasiones los perros se alimentan de comida para gatos y viceversa, pudiendo resultar peligroso.

Un hábito dañino para tu gato

Quienes tengas perros y gatos en casa no debe cometer esta dejadez que pone en peligro la salud de los felinos. Los gatos a menudo codician el pienso para perros, pero este alimento no es adecuado para ellos. El gran tamaño de los piensos para perros también puede hacer que el gato se llene rápidamente. De esta forma nuestro gatito acabará sin probar su comida. La comida para perros no es apta para gatos porque es alta en carbohidratos y carece, o tiene niveles bajos, de algunos nutrientes esenciales para gatos como la taurina.

No pasa nada si tu gato prueba la comida para perros de vez en cuando, pero no tiene por qué convertirse en un hábito. Alimentarlos a base de comida para otros animales hace que se debiliten y se sientan mal porque están siendo privados de nutrientes importantes. Por tanto, es fundamental comprobar que el gato no ingiera la comida del perro, quizás dándoles de comer en dos estancias diferentes o escondiendo la comida del perro después de una comida.